Félix, un hombre bueno
lunes, 05 de abril de 2021Twitter Facebook Google+ LinkedIn
Félix, un hombre bueno
En la tarde del Domingo de Ramos, despedimos al profesor de yoga, Félix Alonso.
Félix era un hombre bueno, amigos de sus amigos y enamorado de su familia: Almudena, Máximo y Roque.
Hace año y medio, aprobó su certificado como profesor de yoga en los últimos exámenes celebrados en la ciudad de Barcelona.
Trabajador incansable, amaba la montaña y la poesía pero sobre todo, ponía amor en su práctica.
Fue nuestro alumno, prácticamente, desde el comienzo de nuestro Centro en la ciudad de Burgos. Como alumno, era de esas personas que todo profesor anhela: disciplinado, sincero y celoso de su práctica y servicial con sus compañeros del centro.
Respetuoso y comprometido con las enseñanzas de la familia Iyengar, con sus profesores y compañeros de clase.
Mantenía una sonrisa amable, nada engañosa. Reflejaba la dulzura de su alma y la calidez de su corazón. Un corazón que en las montañas que tú amabas, te llamó para un destino muy grande, el de los hombres buenos: EL CIELO.
Tu marcha, querido Félix, nos deja un gran vacío. Cuando entro en la sala de práctica, no puedo evitar mirar hacia el lugar que tú te ponías, quizás esperando ver tu camiseta azul y tu amplia y generosa sonrisa.
No puedo ni imaginar el dolor de tu esposa y tus dos hijos. Pero, en tu otra familia (la de Yoga) como dice tu esposa, dejas un gran dolor.
Siempre en nuestros corazones, querido Félix. Sonriente y callado, nunca una mala palabra, nunca un mal gesto.
Lo que mejor define a Félix, es que era UN HOMBRE BUENO.
Con nuestros corazones unidos, querido Félix, descansa en paz.
Juan A. Columé / Tita Cuñado / Luis Columé